Las delegadas y los delegados asumen una función de significativa importancia en nuestra organización sindical. Su tarea va mucho más allá de verificar vencimientos o resolver dudas a la hora de contabilizar los descansos. Es la persona que elegimos para que nos represente y sea el nexo vital y cotidiano en el lugar de trabajo verificando se cumplan nuestros derechos. También la tarea es la de crear espacios de debate y establecer canales de comunicación activos.

Es, en este sentido, una labor solidaria, siempre en contacto y del lado de sus compañeros, como uno más, pero con la responsabilidad de que en la relación entre trabajadores, sindicato y empresa, deberán cambiar los miedos por certezas y la desprotección por fuerza de acción conjunta.